Guarderias

LOS PADRES QUEREMOS CÁMARAS DE VIGILANCIA EN LAS GUARDERÍAS

Que los padres desean que se instalen cámaras de vigilancia de forma obligatoria en todas las guarderías es un hecho ya, y está sobradamente demostrado que aquellas guarderías que disponen de ellas son las más solicitadas por los papás y mamás a la hora de contratar sus servicios.

Tenemos dos frentes: por un lado cada vez que sale en un periódico una noticia como la aparecida recientemente “maestra condenada por maltratar a dos niños de un año en una guardería” se nos ponen los pelos de punta y todo el sector se resiente. En este caso concreto hubo ciertas sospechas hacia esta cuidadora y la dirección del centro decidió instalar las cámaras para vigilar a su propio personal. Resultó que gracias a las grabaciones se pudo acabar con el problema.

Otro frente, no tan grave pero que no debemos despreciar es darle a las cámaras el valor añadido de ofrecerle sus imágenes a los padres.

LAS CÁMARAS DE VIGILANCIA EN UNA GUARDERÍA APORTAN SEGURIDAD

Si optamos por instalar cámaras de vigilancia en todas las aulas del establecimiento, cocina, patio, solo respetando los lugares destinados al descanso y privacidad del personal, ya que la ley obliga a ello y lo hacemos abiertamente ganaremos en muchos aspectos.

Podemos instalar un sistema mediante una aplicación de móvil que utilicen los padres para que puedan ver a sus hijos a través del smartphone en tiempo real, de forma, que matamos dos pájaros de un tiro; no solo haremos que los cuidadores, al saberse vigilados traten a los niños con máximo respeto, sino que les daremos a los padres una herramienta que sin duda les hará muy felices. Por otra parte existe un daño colateral y es que veremos cómo se relacionan nuestros hijos continuamente y por ejemplo podremos ver qué niño le ha pegado un mordisco al nuestro o le ha quitado la galleta. Después habrá que confiar en la madurez de los padres y se les presentará a los cuidadores y responsables del jardín de infancia la obligación de saber orientar y aconsejar a los padres para evitar posibles rencillas ya que los niños no tienen la culpa, todos son menores de tres años.

Y evidentemente hay muchos pediatras y psicólogos que están en contra de esta medida, ya que la sobreprotección es una lacra en nuestra sociedad actualmente, pero lo cierto y muy a nuestro pesar, es que la sociedad es la que es y si los padres que pagan las facturas mes a mes se sienten así más cómodos, deberíamos poder aprovecharlo, ¿o no?