Cámaras de vigilancia para apartamentos vacíos:
Instalar una cámara de vigilancia en nuestra segunda residencia es la mejor garantía que podemos tener para asegurar nuestro patrimonio. Ya podemos estar a muchos kilómetros de distancia, que de esta manera siempre podremos estar alerta y avisar a la policía o a algún vecino en caso de necesidad.
Cómo proteger nuestra segunda residencia:
Si tenemos un apartamento en la playa o en la montaña al que, por su lejanía, sólo acudimos en vacaciones o puentes largos, lo mejor es tenerlos vigilados por medio de cámaras. Últimamente oímos y vemos en la prensa cómo ya no hace falta que una vivienda esté abandonada para que sea víctima de la “okupación” por la fuerza y parece ser que una vez se instalan en nuestra vivienda es muy difícil echar a los intrusos, de hecho, pueden pasar meses, y después de muchos problemas, tiempo y dinero; cuando hayamos conseguido nuestro objetivo de expulsarlos, es bastante probable con que nos lo encontremos todo destrozado. Actuemos pues, con antelación.
¿Y cómo protegernos? Pues sin duda, con las cámaras de última generación; con baterías propias y de larga duración para que en el caso de que nos corten la luz, puedan seguir grabando; y con sensores de movimiento conectados con una sencilla aplicación a nuestro móvil, podemos continuar con nuestra vida tranquilamente sin pensar en lo que puede estar pasando en ese momento en nuestra vivienda. Será la propia cámara la que se active cuando detecte movimiento y nuestro móvil el que nos avisará en tiempo real, de forma que no es lo mismo dar aviso instantáneo a la policía de que hay intrusos en nuestro hogar, que llegar un mes y medio después y encontrarnos con que en nuestra casa vive una familia ajena a nosotros tan ricamente.
Los apartamentos de playa son blanco fácil para los robos y hurtos De todas formas, después de ponernos en el peor de los casos, aunque desgraciadamente, hoy por hoy estén a la orden del día, también debemos estar preparados para lo que ha ocurrido siempre. De toda la vida hemos visto cómo muchas personas, al llegar a su apartamento, felices de empezar sus deseadas vacaciones, se llevaban el chasco de su vida al ver que habían sido víctimas de un robo.
Además, lo malo para nosotros, es que en estas circunstancias, los cacos, sabiendo que el apartamento está vacío y que nadie los va a importunar, disponen de todo el tiempo del mundo, incluso para hacer una “mudanza”. Conocí un caso verdaderamente traumático en el que se lo llevaron todo, la televisión, la nevera, el microondas, un cabezal de cama de hierro forjado, e incluso pudieron llevarse las rejas de las ventanas. Y uno se pregunta cómo es posible que nadie los viera, que nadie avisara a la policía; pero así es. Desgraciadamente en nuestro país esto ha sido norma habitual en las segundas residencias durante los inviernos, de la misma manera que lo habitual ha sido el expolio de nuestras primeras viviendas mientras nos encontramos de vacaciones en nuestro apartamento.
En definitiva, debemos protegernos de la mejor manera y hoy por hoy, la tecnología nos brinda una manera de hacerlo de forma económica y eficaz, cosas que no suelen ir de la mano, pero tengamos en cuenta que para estos casos, instalar dos o tres cámaras supone un desembolso muy fácil de asumir, sobre todo teniendo en cuenta la contrapartida que nos ofrecen.